Antes de empezar la materia, tenía una idea básica sobre lo que era aprender por competencias, pero no entendía completamente cómo llevarlo a la práctica ni su relación directa con los servicios. Sabía que tenía que usar conocimientos y habilidades, pero conforme avanzamos me di cuenta de que este enfoque también implica reflexionar sobre mi propio proceso, analizar lo que hago bien y lo que tengo que mejorar.

Durante el curso entendí que aprender a aprender es un proceso más profundo de lo que pensaba. Implica investigar, comparar, relacionar conceptos y proponer ideas propias. También descubrí que en mercadotecnia de servicios todo gira alrededor de la experiencia del cliente, lo cual requiere analizar emociones, percepciones y factores intangibles que al principio no tenía tan claros.

En clase trabajamos muchos conceptos que al principio parecían teóricos, pero cuando empezamos a aplicarlos al proyecto con la empresa todo tomó sentido. Analizamos la calidad del servicio, observamos directamente cómo atendían a los clientes, qué hacían bien y qué podían mejorar. Esto me ayudó a entender de verdad por qué los servicios son tan diferentes de los productos.

Gracias al proyecto con la empresa, pude desarrollar varias competencias importantes. En las competencias genéricas, mejoré mi comunicación, mi capacidad para analizar información y mi pensamiento crítico. En las transversales, fortalecí la toma de decisiones, la observación del entorno y la colaboración con mis compañeros.

Sin embargo, también me di cuenta de que todavía necesito fortalecer algunos aspectos, como el análisis más profundo de indicadores de calidad, el uso de herramientas más profesionales para evaluar el servicio y la creación de propuestas más completas. Sé que estos temas son importantes y quiero seguir mejorándolos, porque serán clave tanto para los próximos ciclos como para mi futuro profesional.